Publicado el 29 agosto, 2015 por Comité Editorial
Editorial. Se posterga nuevamente la Mesa de Alto Nivel
Sin explicación conocida, nuevamente el gobierno postergó lo que se suponía
era la última reunión de la llamada Mesa de Alto Nivel convocada para el día de
ayer.
Esto suma al creciente descontento entre los compañeros y compañeros que
creyeron en esta fórmula de negociación y que dicen representarnos, todos ellos
pertenecientes la recién creada Coordinadora de Ex Presos Políticos Salvador
Allende, surgido del Encuentro de Rancagua del 15 de agosto.
En aquel Encuentro fuimos testigos presenciales del rechazo de las bases
allí presentes hacia la dirigencia que los condujo al término de las huelgas y
en especial a los compañeros de Rancagua que firmaron el acuerdo con el
gobierno que dio vida a la Mesa de Alto Nivel.
Lo anterior se expresó con mucha claridad por parte de la Asamblea, cuando
un grupo de compañeros de Valparaíso constituido por ex presos políticos del
MIR, los huelguistas en la sede del Partido Socialista y la Coordinadora de
Derechos Humanos de Valparaíso, dieron a conocer una Ponencia (en el entendido
que este era un encuentro unitario y no solo de los participantes en la Mesa)
que en lo principal expresaba su disconformidad con la forma en que estas
negociaciones se estaban llevando a cabo y el rechazo categórico a ser
representados en esa instancia por el llamado Comando Unitario, organización
proclive y obsecuente con el gobierno, impuesta en la Mesa por este último.
Especial acogida tuvo en las bases participantes en ese Encuentro, la
valoración hecha por los compañeros de Valparaíso de las huelgas de hambre como
instrumento de presión y la necesidad de retomarlas en forma escalonada,
alternando localidades y participantes, a modo de neutralizar el desgaste al
que el gobierno juega, dada la avanzada edad de los huelguistas.
Nada de eso fue considerado en los acuerdos finales y en definitiva el
Encuentro se transformó en más de lo mismo, lo que ha significado en la
práctica dar carta blanca al gobierno para que continúe burlándose de los ex
prisioneros políticos y de sus obligaciones adquiridas en la firma de tratados
internacionales relacionados con el tema.
Es para nosotros necesario reiterar que no estamos por participar en la
Mesa de Alto Nivel tal y como está concebida actualmente; estamos, desde un
principio por discutir con representantes del Estado de Chile con poder de
decisión y sobre temas de fondo y sus soluciones; es decir discutir de qué
forma se va a cumplir con lo prometido por el gobierno en ocasiones anteriores,
de qué forma se va a cumplir con el Proyecto de Acuerdo de legislar sobre la
materia tomado por ambas Cámaras del Parlamento el año pasado, al que solo
falta la firma de la Presidenta para comenzar a ser debatido en esas instancias
y que en lo principal apunta al tema de la indemnización a modo de modificación
de la Ley Valech; estamos por discutir los acuerdos incumplidos por el gobierno
con los primeros huelguistas de Rancagua en diciembre del año pasado; estamos
por discutir de qué modo la Presidenta Bachelet cumplirá sus promesas
electorales hechas a la ciudadanía en relación a este tema.
Por lo anteriormente señalado, las organizaciones y personas que no nos
prestamos para oscuras maquinaciones del gobierno y sus operadores políticos al
interior de nuestro movimiento, expresamos nuestra voluntad de continuar en la
lucha hasta lograr el cumplimiento de nuestras legítimas reivindicaciones, las
que en el fondo pasan, como una cuestión prioritaria, por el reconocimiento de
nuestra condición de luchadores sociales, en tanto participantes del proyecto
encarnado por el Presidente Allende, como así mismo de nuestra condición de luchadores
de la Resistencia contra la dictadura cívico-militar.
No es una tarea fácil dado la innegable existencia de un pacto de impunidad
y defensa de la labor acometida por las fuerzas armadas para refundar el Estado
de Chile a favor de las transnacionales, en lo que están comprometidas todas
las instituciones del Estado; tampoco lo es en tanto el pacto de la llamada
transición a la democracia también contempla como una cuestión fundamental la
defensa a ultranza de la Constitución Política y el modelo económico impuesto
por la dictadura.
De modo tal que nuestras reivindicaciones, más allá de la lucha coyuntural,
se articulan finalmente, por la fuerza de los hechos y la realidad, en dos
ejes: por un lado en la lucha, junto a todas las organizaciones y personas
ligadas a la defensa de los derechos humanos, por una Ley de Reparación
Integral para todos y todas los afectados por el terrorismo de estado y por
otra a la convocatoria a una Asamblea Constituyente, que nos dote de una nueva
constitución política, echando de ese modo al basurero de la historia la obra
de la dictadura y refunde el Estado de Chile como institución representativa de
toda la ciudadanía.
Comité Editorial
29 de agosto de 2015.