Chile está
frente a una de las más graves crisis social y política de los últimos tiempos.
Hoy, se ha producido una explosión social sorpresiva pero esperada. Varios indicadores
señalaban que un descontento generalizado iba a estallar sobrepasando todas las
expresiones anteriores.
La clase
política completamente desprestigiada y corrompida, los sindicatos sin
influencia real, la Iglesia Católica sumida en escándalos de pedofilia, las
fuerzas armadas y policiales empantanados en una gran corrupción y
vergonzosa impunidad, muestran una
sociedad con sus pilares en descomposición, donde los efectos devastadores del modo
de vida se hacen sentir sobre las diversas capas de sociales, principalmente,
los sectores más desfavorecidos.
Durante
años, repetidas expresiones de descontento, tuvieron lugar sin cambios
substanciales en la situación de dichos sectores. Todo lo contrario, los
gobiernos sucesivos post dictadura no quisieron cambiar las reglas impuestas
por los militares al "partir" y la situación, ahora, es insostenible.
El
descontento acumulado durante decenios cristalizó, hoy, en una gran situación
de violencia, que es la expresión clara de una rabia y una impotencia
contenidas largo tiempo.
Hoy, lunes
21 octubre, la prensa remarca 14 muertos en las protestas, también remarca las
declaraciones de Piñera sobre la "guerra contra un enemigo poderoso" (expresiones
de Pinochet), contradichas por el jefe de la Defensa Nacional, general
Iturriaga ; la violencia represiva y el número elevado de personas detenidas
(1400), reflejan la intención del gobierno de continuar a aplicar el modelo
económico ultra liberal, cueste lo que cueste.
Los
liceanos y liceanas, quienes prendieron la mecha del estallido, las principales
federaciones sindicales y otros estamentos sociales de "Unidad Social" expresaron un claro
rechazo a la resolución de la crisis por una "vía militar" y llamaron
a efectuar paros para culminar en una huelga general el miércoles 23 de octubre,
con el fin de exigir al gobierno el fin del estado de excepción, hacer volver a
los militares a sus cuarteles y responder a las demandas que han generado esta
situación de crisis social.
Saludamos y
apoyamos la voluntad de unión y de acción de estas diferentes organizaciones
sociales, sindicales, estudiantiles y otras, para sobrepasar este período de
crisis.
La
desobediencia civil es un elemento primordial y legítimo a implementar cuando los
derechos fundamentales y los derechos sociales, políticos y económicos no son
respetados, más aún, si ellos son atropellados.
Chile pide
dignidad, justicia social y la recuperación de nuestras libertades perdidas.
Expresamos nuestra solidaridad a estas organizaciones y apoyamos fervientemente
sus demandas.
Asociaciones en Francia (personalidad jurídica
según ley de 1901)
Collectif pour les Droits de l'Homme au
Chili (France)
Association Relmu-Paris
Association "Jacques Damiani",
Fontenay sous Bois - France
Association d'ex Prisonniers Politiques
Chiliens - France
París, 21 de octubre de 2019