EL MURO Miércoles 17 de junio de 2015
Nelly Cárcamo (ex presos políticos) critica al gobierno y las platas del yerno de Pinochet
No puede haber nada más doloroso que darse cuenta que tus compañeros han llegado al extremo de recibir platas del yerno de Augusto Pinochet. Ha sido para nosotros un remezón tremendo, asegura la dirigente.
Diciembre de 2014. En ese entonces, representantes de la Unión de ex presos políticos de Chile iniciaron, recordemos una huelga de hambre en Rancagua, reclamando al Estado por justicia y ayuda.
Fue en ese marco, que la entonces Ministra Secretaria General de la Presidencia, Ximena Rincón aceptó instalar una mesa tripartita, en la que participaría el Gobierno, parlamentarios y representantes de la Unión de ex presos políticos. Sin embargo, con el correr del tiempo, el panorama fue cada vez menos auspicioso, porque las reglas del juego cambiaron.
¿Qué fue lo que sucedió? “La Ministra Rincón no llegó y empezaron a enviar personas de segundo y tercer rango que no tenían ninguna facultad resolutiva, ni para influir en la toma de decisiones, por lo tanto, nosotros rechazamos esa mesa, en virtud de las condiciones que se presentaron”, recuerda Nelly Cárcamo, presidenta nacional de la Unión de Ex Presos Políticos, en entrevista con EL MURO. Agrega que, posteriormente, “le escribimos varias cartas a la Ministra Rincón, en la que se sumaron las bases, recordándole que el compromiso era con ella y no que enviara a las reuniones casi al portero (no es por desmerecer) de su cartera. Ella nunca nos respondió y eso fue una ofensa”.
Después de ese episodio, los ex presos políticos decidieron el 13 de abril de 2015 iniciar una huelga de hambre a lo largo del país, a la que se fueron plegando las bases de San Felipe, Osorno, Puerto Montt; Punta Arenas; Coyhaique; Concepción; Tomé; Chillán y Valparaíso, por ejemplo-. En total, el número de huelguistas sumó más de cien. A raíz de este movimiento, el Gobierno nuevamente intervino, comenta Nelly Cárcamo, y se designó como interlocutores a Patricia Silva y Francisco Ugas. “Estas conversaciones se comenzaron a realizar con el grupo de ex presos políticos que se había mandatado para negociar y el Gobierno ofreció una mesa de alto nivel y nosotros insistíamos en que la mesa se hiciera en Rancagua para que dirigieran las negociaciones con los puntos que el movimiento puso sobre la mesa”.
Una vez más, el escenario fue complejo para la Unión de Ex Presos Políticos. Esto, porque los dirigentes que habían sido mandatados para representar a la organización en la mesa de diálogo, comenzaron unilateralmente, pensando que tenían carta blanca, recuerda Nelly, a bajar puntos consensuados y a introducir otros, sin consultar a los diferentes grupos regionales que conforman a la entidad.
-¿Qué ocurrió después de este desajuste que se produjo entre los representantes de la Unión de Ex Presos Políticos que no preguntaron a las bases nada y tomaron decisiones por sí solos?
Ellos llegaron a un acuerdo con el Gobierno, se conformó esta mesa de, supuestamente, alto nivel y el Ejecutivo instaló a organizaciones que nunca habían estado en huelga. Se llegó a acuerdo con tres grupos que estaban en huelga y estos se bajaron. El resto de los huelguistas se mantienen, porque no compartíamos esa mesa y consideramos que, para sentarse a una mesa de diálogo, hay que tener las garantías mínimas, de que esa instancia será resolutiva y se establecerá un compromiso de Gobierno.
-Ustedes tienen cerca de 25 años de experiencia en lo que es la conformación de mesas de diálogo y tienen huelguistas con 82 años que se han plegado a la movilización…
Sabemos que estas mesas terminan en nada, que en un año de trabajo terminan con las manitos alzadas, pero finalmente, se le cambia el nombre a las cosas, pero, en el fondo, no cambia nada. Tratamos de convencer a los compañeros que no firmaran, pero el Gobierno los convenció y se rompió el movimiento. Sabemos que muchos de nuestros compañeros de avanzada edad no van a resistir, en Iquique, hay un huelguista de 82 años y, en Coyhaique, tenían todos entre 75 años y colapsaron en términos de salud y la huelga se bajó.
-¿El Gobierno de la Nueva Mayoría logró dividir al movimiento de ex presos políticos, finalmente?
El Gobierno al conformar esta mesa no tenía interés de solucionar el problema de los ex presos políticos, sino que querían parar la huelga. Ellos saben cómo hacerlo, lo han hecho muchas veces y lograron con la firma de este acuerdo, por parte de tres grupos, dividir al movimiento. Hoy, hay tres grupos que están sentados a la mesa que se le ocurrió al Gobierno y hay compañeros que, mayoritariamente, nos quedamos en la huelga y no legitimamos esa mesa que lleva cuatro reuniones y no tienen nada en limpio.
-¿Cuáles son estos temas, en concreto?
La Convención contra la Tortura en su artículo Nº 14 habla de que todas las víctimas del terrorismo de Estado y de prisión política y tortura debieran tener una indemnización justa y adecuada, de acuerdo al daño causado. También eliminar la incompatibilidad de las pensiones Valech y de Exonerados Políticos. Pedimos la compatibilidad de las pensiones, porque no hay que olvidarse que no son un regalo del Gobierno, sino que los compañeros obtuvieron eso, en base a sus imposiciones, y el Gobierno, puso en algunos casos una pequeñez, para que algunos compañeros las completen. La pensión de ex prisionero político corresponde a un daño diferente y no tendría por qué no ser compatible, eso va contra la legislación internacional. Estamos hablando de siete u ocho mil ex presos políticos que tienen la doble calidad, no estamos hablando de los 150.000 exonerados.
-Ustedes han presentado causas judiciales contra el Estado, por parte de 3.100 personas…
Nuestra organización aparte de la lucha política, hemos seguido un camino judicial y estamos demandando al Estado de Chile en representación de 3.100 compañeros, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
-Tengo entendido que el 5 de mayo de 2015, el Estado fue notificado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que la denuncia que ustedes interpusieron fue admitida.
Así es. Chile fue notificado por 1.700 casos y hace una semana se envió una tercera demanda, por un juicio en el que se nos volvió a aplicar la prescripción a un número superior a 600 compañeros, por lo tanto, llegamos a 2.320 denunciantes ahora en contra del Estado de Chile, que tiene tres meses para responder.
-A su juicio, ¿la mayoría de los ex presos políticos está desamparado?
Los ex prisioneros políticos nos encontramos desde hace 25 años en un estado permanente de catástrofe, donde nuestros compañeros después de haber sido perseguidos, torturados, han sido ignorados e invisibilizados. Nos tratan como si fuéramos mendigos detrás de chauchas. No hemos inventado nada, porque las leyes internacionales no las hicimos nosotros, están establecidas allí, porque muchos mártires debieron entregar sus vidas para que los Estados hagan estas leyes.
-¿En qué la Presidenta Michelle Bachelet no ha cumplido con lo que estipuló en su programa de Gobierno, en materia de derechos humanos?
Se dijo que se tomarán todas las medidas para evitar la impunidad, para reparar a las víctimas como mandatan los Tratados Internacionales. Es un excelente programa, pero no nos sirven los buenos programas, si se van a quedar en el papel y no se tiene la intención de implementarlo. Hubo una pausa de 25 años sin luchar, porque siempre estuvimos esperando la buena voluntad de los gobernantes y nos dimos cuenta que nos despreciaban, somos sujetos de derecho y el Gobierno chileno lo tiene que entender y vamos a defender esto, aunque sea la última batalla de nuestras vidas y aunque tengamos que dejar la vida en esto, no vamos a parar.
Desalojo en sede del PS
-En los últimos días, se produjo un desalojo de ex presos políticos que se tomaron la sede central del Partido Socialista en Santiago. ¿Cuál es su opinión respecto de lo ocurrido?
Fue un acto deleznable con el cual los dirigentes del Partido Socialista y la clase política siguen dando muestras de la prepotencia que les da el ejercicio del poder y el desprecio que sienten por los viejos tercios de luchadores sociales de la Unidad Popular, por lo que no trepidan en avasallar su dignidad, faltándoles gravemente el respeto, atropellando sus derechos humanos y revictimizándolos sin ninguna consideración. Nosotros nos consideramos la reserva moral de este país y no queremos entregarle a las futuras generaciones, una nación en la que, por un lado, no se hizo justicia en lo penal y tampoco en lo civil.
-¿Por qué se decidió la toma del Partido Socialista?
Estuvimos en la casa del ex Presidente, Salvador Allende y sentimos que teníamos derecho a estar ahí. Es también el partido de la Presidenta Bachelet, de esa manera, quizás no nos va a ignorar y nos va a tener que tomar en cuenta. Estamos pidiendo una audiencia con ella para que nos escuche y porque consideramos que las personas que ha designado para resolver el tema, no lo han hecho bien. Los asesores de la Presidenta no son de muy buena calidad y lo podemos ver en todos los errores que, en el último tiempo, ella ha cometido.
-¿Con la actual crisis política generada por el vínculo con el dinero, se ha dejado en el olvido los temas de derechos humanos que son de interés para la ciudadanía?
La relación que hago entre toda esa corruptela es lamentable. No puede haber nada más doloroso que darse cuenta que tus compañeros han llegado al extremo de tender la mano y recibir platas del yerno de Augusto Pinochet, no puede haber una situación más grave que ésa, no sólo en el ámbito económico, sino ético. Ha sido para nosotros un remezón tremendo.
-En su calidad de ex presa política, ¿cuán difícil es tratar de seguir avanzando en una sociedad donde no son escuchados? Se lo pregunto, porque están en huelga dirigentes de Osorno y Puerto Montt, en este momento.
No es nada de fácil. Nosotros representamos a un universo de ancianos que no están en condiciones, ni siquiera, de salir a hacer una marcha, porque caminan una cuadra y se tienen que sentar. Muchos de ellos están postrados, muchos con problemas psiquiátricos graves como consecuencia de la tortura, con secuelas físicas. Para los dirigentes que somos la voz de los sin voz, no nos queda otra que seguir luchando en una contienda tremendamente desigual y que si no fuera por la pasión, por el amor que sentimos por esta causa y por el amor que sentimos por nuestros compañeros, no podríamos seguir.
Daisy Castillo Triviños/El Muro